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Masters Of The Craft en CDMX by MARRIOTT INT

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Hola, amigos viajeros. La ruta de hoy nos lleva a un evento muy especial en el corazón de Ciudad de México. El pasado 6 de diciembre, tuve la suerte de ser invitada a la gran final de Masters of the Craft 2024, una competencia que reúne a los mejores chefs, pasteleros y mixólogos de los hoteles Marriott en el Caribe y América Latina.

Les cuento que el escenario fue nada menos que el imponente Hotel Westin Santa Fe, donde desde que puse un pie en el lobby, se respiraba creatividad y emoción. No es para menos, ¡más de 500 hoteles participaron en este certamen y solo los mejores llegaron hasta aquí!

La idea de este evento es celebrar el talento culinario y la innovación. Y vaya si lo lograron. Cada finalista tuvo que enfrentarse a un reto único: incorporar ingredientes secretos en sus creaciones. Maíz en gastronomía, flor de calabaza en pastelería y hongo shiitake en mixología fueron los protagonistas sorpresa, revelados justo antes de que comenzara la cuenta regresiva. ¿El desafío? Crear algo memorable en tiempos récord: 30 minutos para los platos principales, 45 minutos para los postres y apenas 7 minutos para los cócteles.

El jurado, formado por expertos como Abel Hernández, Lula Martín del Campo y James Grant, evaluó cada detalle con ojos críticos y paladares exigentes. Técnica, presentación, creatividad y sabor fueron las claves para coronar a los ganadores.

Y hablando de ganadores, ¡qué creaciones! Geovanna Bueno, del W São Paulo, destacó en gastronomía con su “Also American”, un plato que reimaginó el maíz en costillas bañadas en salsa de moqueca. En pastelería, Gustavo N. Busquets, del Grand Cayman Marriott Resort, deslumbró con su “Pumpkin Blossom Chinampa”, un tempura dulce de flor de calabaza rellena de pera y albaricoque. Y en mixología, Yandery Crispin, de The Westin Punta Cana, conquistó con su cóctel “Remembranza”, una mezcla de whisky, Aperol, piña y jarabe de hongo shiitake que era puro equilibrio entre dulzor y amargura.

Cada plato, postre y cóctel que probé (y sí, probé varios) contaba una historia. Más allá de la técnica, lo que me impresionó fue cómo cada participante logró transmitir un pedazo de su cultura en sus creaciones. Fue un recordatorio de que la comida y la bebida son un lenguaje universal que conecta personas y tradiciones.

No quiero terminar este relato sin agradecer a Marriott International por invitarme a vivir esta experiencia única. También quiero destacar la impecable organización del equipo del Westin Santa Fe y el cuidado en cada detalle para que todo fuera perfecto.

Ya estoy contando los días para la edición 2025. Si fue tan emocionante como esta, seguro será un evento para recordar. Hasta entonces, ¡nos vemos en la próxima parada de La Ruta de Maia!

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